Madrid quizá no tiene la antigüedad de otras poblaciones del estado español y, por lo tanto, su historia no se remonta tan atrás en el tiempo, pero el hecho de ser capital desde el siglo XVI conllevó la creación de un gran número de monumentos, sean edificios, estatuas y otras construcciones que la convierten en una de las ciudades más bonitas e interesantes para visitar, además de ser un centro neurálgico de sr porno.

No es ningún secreto que uno de los elementos arquitectónicos más conocidos de Madrid es la Puerta de Alcalá, un antiguo acceso a la capital construido entre 1769 y 1778, de estilo neoclásico con reminiscencias romanas, un período que si bien estuvo presente en la mayor parte de la Península Ibérica no tuvo incidencia en la villa de Madrid.

Una ciudad llena de magia

Otro lugar que no podemos dejar de mencionar es la Catedral de la Almudena, en el centro histórico de la capital, que empezó a construirse en 1879 y se consideró terminada en 1993, cuando terminaron las últimas obras, un proyecto que venía de finales del siglo XIX y había sido interrumpido varias veces, y el papa Juan Pablo II la consagró, algo único entre las iglesias españolas.

Las fuentes, con sus conjuntos escultóricos, son también algunos de los monumentos más conocidos y atractivos de la capital española, y sin duda la más conocida es la de Cibeles, de 1782, lugar de reunión de los aficionados merengues cuando el Real Madrid logra títulos deportivos. El mismo uso se le da, pero con menos frecuencia para desgracia de los colchoneros cuando el que los logra es el Atlético de Madrid, a la fuente de Neptuno, de 1786.

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Es también un monumento la famosa Plaza Mayor, rodeada de pórticos y construida entre 1617 y 1619 y especialmente utilizada en aquel siglo, el XVII, para todo tipo de acontecimientos oficiales y populares.

El Palacio Real, construido y reformado a lo largo de varios siglos, es oficialmente la residencia de los reyes de España, aunque como sabemos en realidad residen en el Palacio de la Zarzuela. Aun así, este conjunto monumental, en el que sí tienen lugar ceremonias de Estado, está considerado el más grande de la Europa Occidental, siendo de una superficie de aproximadamente el doble de edificios equivalentes como el Palacio de Versalles en Francia o el de Buckingham en el Reino Unido.

Se «apellida» igual que el Teatro Real, la gran ópera de Madrid, que se construyó entre 1818 y 1850 y tuvo que cerrarse en 1925 por peligro de derrumbe. Afortunadamente, en 1966 se reabrió como sala de conciertos y, tras una remodelación, en 1997 recuperó su antiguo estatus, el de palacio de ópera.

¿Y qué decir del Palacio de las Cortes? El parlamento español, construido entre 1843 y 1850, ha sido testigo de los acontecimientos políticos más importantes de la historia reciente de España, función que sigue ejerciendo, y son ya emblemáticos los dos leones de bronce que hay en la entrada de este edificio de estilo neoclásico.

No hay que olvidar que la historia se sigue escribiendo, y por lo tanto no sobra la mención a una estatua, pequeña pero muy popular, que se encuentra en la Puerta del Sol: sí, estamos hablando de la entrañable El Oso y el Madroño, de 1967.